Las claves para vivir como terapeuta natural

La profesión de terapeuta natural es una de las profesiones más hermosas que se puedan ejercer. Quizás suene a cliché, y seguro que aquellas personas que aman su profesión, te dirán exactamente lo mismo, pero hay algo de nuestro trabajo que lo hace muy especial.

¿A qué me refiero?

Son muchos los aspectos que te hacen amar el proceso de acompañar a alguien en terapia. Algunos de estos son:

• Ver cómo la persona hace conscientes cosas que no había visto o no le había dado espacio antes.
• Ver su camino de aprendizaje y sus ganas de superarse.
• La valentía de enfrentar los aspectos más dolorosos o desagradables.
• Ver la auténtica transformación que esta persona vive al finalizar el proceso. 

Está claro que dicho proceso no es lineal, ni llega a un punto de perfección en el que no haya nada más que trabajar, los procesos de cuidado y desarrollo personal son un camino de por vida. Sin embargo, en cada proceso que guías, una parte de ti gana en entendimiento hacia la vida.

De todas formas, como seguramente imagines, no es tan fácil dedicarse a esto y ser un terapeuta natural que destaque. Aterrizar todo esto en la realidad, implica vencer tus propias inseguridades.

¿Cuál es la clave para triunfar?

La diferenciación. Explotar aquello que te hace único y reunir los conocimientos y las herramientas necesarias, para que te sientas seguro delante de un paciente y sepas exactamente qué hacer y qué pasos seguir. 

 ¿Cuál ha sido la combinación que ha llevado a nuestros fundadores al éxito?

Por un lado está la medicina natural, convertida hoy en lo que conocemos como la Naturopatía. Gracias a esta disciplina es posible entender que la salud es intrínseca al cuerpo humano. La propia naturaleza siempre busca estar en salud, pero para que conserve este estado de equilibrio, es vital que se deshaga de aquello que la debilita y cuente con los medios y las herramientas necesarias para alcanzar su máximo potencial. 

Para conseguir esto es necesario saber cómo funciona el cuerpo humano, gracias al estudio de la anatomía, la fisiología, la patología y la semiología. Además de esto, es necesario contar con los medios para apoyarlo a través de fórmulas naturales como los hábitos de vida, la vitaminoterapia, los oligoelementos y minerales, la fitoterapia, los complementos terapéuticos, las flores de Bach, la dietética, entre otras. 

Por otro lado, para facilitar el camino contamos con la Kinesiología Holística. Esta técnica terapéutica permite testar, a través de la respuesta muscular del Arm Reflex (AR), cuáles son los desequilibrios que están siendo el origen del malestar del paciente; y junto a esto, se puede testar, para cada uno de estos desequilibrios, cuál es el tratamiento más indicado para esa persona en particular. 

Esto lo haremos partiendo siempre de que la afectación puede estar entre los 4 campos de la salud humana. Estos campos son: el químico-nutricional, el emocional, el estructural y el energético o de información. 

Con estas herramientas y tu toque personal, es posible ofrecer una terapia realmente integral e integrativa, que te permita estar seguro, ser preciso y ayudar a tu paciente, con un tratamiento único y creado para cada persona. 

Créenos cuando te decimos que realmente puedes ser terapeuta natural y hacer de tu filosofía tu profesión.

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