¿Por qué está de moda el enfoque integrativo en la salud?

Seguramente habrás escuchado que varios terapéutas dicen algo así como: “yo trabajo desde un enfoque integrativo”. Pero,¿qué significa esto realmente?

Los enfoques integrativos puedes encontrarlos en diferentes disciplinas y no solamente en la salud, ya que esto básicamente consiste en seleccionar y unir diferentes formas o corrientes de pensamiento existentes en esta misma disciplina. 

Un ejemplo podría ser el de la psicología, donde encontramos corrientes muy marcadas. Tenemos la corriente psicoanalítica, la cognitiva, la conductual, la sistémica, la humanista, etc. Y un enfoque integrativo vendría a decir que tiene en cuenta y utiliza técnicas de varias de estas corrientes. 

Pues en el mundo del cuidado de la salud también encontramos dicho enfoque integrativo. Sin embargo, nos encontramos con mucha más dispersión y/o desconocimiento en torno a las diferentes corrientes que existen. 

Sabemos que nuestro sistema de salud occidental, está anclado en nuestra sociedad bajo unos criterios muy específicos, en nuestro caso los llamamos biomédicos o alopáticos. Este sistema de salud se caracteriza por llevar en sí mismo los principios del sistema cultural occidental. 

Bajo este criterio, ¿qué es lo que se prima?:

• El positivismo científico, que viene a indicar que todo conocimiento se ha de validar bajo el método científico. 
• El racionalismo que considera la razón como fuente principal y única base de valor del conocimiento humano. Mientras que la emoción es algo debilitante y a evitar.
• La hiper-especialización, en donde se ha separado al cuerpo humano por partes y no se ve en conjunto. Ejemplo: endocrino, ginecólogo, dermatólogo, cardiólogo, reumatólogo, etc.
• El paciente como sujeto pasivo, es decir, que espera y está a merced del especialista.
• La medicalización, entendiéndose como el proceso de convertir situaciones que han sido siempre normales, en cuadros patológicos y pretender resolver, mediante medicamentos, situaciones que no son médicas, sino sociales, profesionales o de las relaciones interpersonales.

Existen otros muchos aspecto que caracterizan y dan forma a nuestro sistema de salud occidental, pero este no es el objetivo de este artículo.

Lo que sí nos interesa, es resaltar que fruto de esta desvinculación de los sistemas de salud con el ser humano en su conjunto como ser social-relacional y emocional-sensible, han resurgido y brotado, un gran número de corrientes que buscan darle espacio a la salud humana en su conjunto, poniendo a la persona en el centro y devolviéndole su poder como ser activo y responsable de su bienestar.

De estas corrientes o movimientos, resurgen las Medicinas Tradicionales, Complementarias y Alternativas (TCAM), en las que se enmarcan, por ejemplo, la Medicina Tradicional China o la Ayurveda.

Y junto con ellas, se abren paso muchas otras, más o menos recientes, como la Naturopatía, la Kinesiología Holística, la Osteopatía, la terapia floral con flores de Bach, el Reiki, el PNIE o los diferentes tipos de acompañamientos en dietética y nutrición. 

A modo de resumen, ¿cuáles son algunos de los aspectos que caracterizan a estas corrientes del cuidado de la salud?:

• El ser humano y su salud, está conformado por el conjunto de diferentes aspectos o campos, como el mental-racional, el emocional, el físico, el químico, el energético o el espiritual.
• Para poder abordar a la totalidad de la persona, es necesario utilizar diferentes técnicas y visiones, que aborden dicha variedad de campos. 
• Cada persona y cada cuerpo son únicos, y por ello su abordaje ha de ser individualizado y adaptado a las posibilidades y contextos de cada persona. 
• La persona es un ser activo y empoderado que es capaz de aprender y auto-responsabilizarse de su propio cuidado.
• La naturaleza es una gran fuente de recursos, siempre que su uso sea responsable tanto con el medio, como con la situación concreta de la persona.
• Estas visiones no buscan sustituir el sistema hegemónico occidental de salud, sino complementar y enriquecer la experiencia de prevención y/o recuperación de la salud de la persona.

El aumento de la demanda de este tipo de atención, ha hecho que incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya ideado en el 2014 un estrategia para la introducción e inclusión de estas corrientes en los sistemas sanitarios globales, y en consecuencia, son muchos los países que están regulando e incluyendo esta atención en sus sistemas de salud. 

El enfoque integrativo es una realidad a la que aún le queda mucho camino por recorrer. No obstante, cada vez queda más claro el gran potencial terapéutico de esta visión, haciendo de este movimiento, una corriente imparable y con mucho futuro por delante.

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