Casos clínicos
Artritis reumatoide psoriásica y malos hábitos alimentarios
Historia clínica
Hombre de 44 años con artritis reumatoide psoriásica en las manos, muñecas, cervicales, tobillos y pies desde hace un mes. Tiene mucho dolor y anquilosamiento articular, que le dificulta andar, hacer fuerza y mover las manos. Se levanta con la boca amarga y tiene estreñimiento desde siempre.
Autor
Joan Guxens
Tipo de entrada
Casos clínicosTest con Kinesiología Holística
El test mostró un desequilibrio de la flora intestinal y un mal funcionamiento del hígado. Esto favorecía el paso de toxinas del intestino a la sangre que el hígado no depuraba. Además de indicar un exceso de ácidos en la sangre. Ambas situaciones favorecen el cúmulo de toxinas en las articulaciones y su inflamación. En el test también salió un mal funcionamiento de diversos órganos y la carencia de vitaminas, minerales y oligoelementos.
Tratamiento recomendado
Inicialmente siguió una dieta depurativa, sin carne, pescado ni huevos. Durante 2 años, tomó zumos de frutas y verduras diariamente: pepino, zanahoria, alcachofa, perejil, manzana, y en verano sandía, pera, manzana. Un día a la semana realizaba una dieta exclusiva de fruta. Y todo el tiempo, tomó diariamente 2 vasos de caldo antioxidante. A los 3 meses, añadimos el pescado y los huevos, y a los 4 meses carne blanca.
Durante los 2 años de tratamiento logramos revertir la situación con unos hábitos dietéticos saludables y tomando, casi todo el tiempo, complementos hepáticos, depurativos y antiinflamatorios. Los más habituales fueron: infusión hepática, extracto de zarzaparrilla, extracto de alcachofera, levadura de cerveza, lecitina de soja, infusión depurativa, hierro e infusión diurética. Además de tomar minerales, oligoelementos, vitaminas y ácidos grasos esenciales para compensar su carencia.
Conclusiones
El equilibrio de la flora intestinal con probióticos mejoró la absorción de nutrientes y la eliminación de toxinas, y paró el flujo de toxinas hacia el hígado, las articulaciones y el sistema inmunitario.
Las toxinas eran un factor muy importante en su artritis reumatoide porque era una persona que se alimentaba muy mal. No comía nada de fruta ni verdura, ni cruda ni cocida. Seguía una dieta hiperproteica, con mucha carne, abusando de los fritos y las salsas grasas, que es una alimentación acidificante y tóxica. Al no comer ningún alimento crudo es a la vez una alimentación con un aporte prácticamente nulo de vitaminas, minerales, oligoelementos, enzimas nutritivas y fitonutrientes. Las personas con estos hábitos alimenticios, además de intoxicar el organismo sin saberlo, sufren una carencia de todos estos nutrientes que es muy poco saludable.
Este caso nos indica, como ya se ha demostrado en muchos estudios científicos, la importancia de realizar una dieta prácticamente vegetariana en la artritis reumatoide durante todo el tiempo de tratamiento, y una vez mejorada también durante el periodo de mantenimiento, a fin de evitar al máximo las recaídas.
Se ha jubilado a los 68 años con muñecas y tobillos algo deformados, como ya tenía entonces, pero sin ninguna recaída de la artritis, ni de la psoriasis. Por lo tanto, una dieta sana y atóxica es básica en el tratamiento tanto de la artritis como de la psoriasis.
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