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La chía: un superalimento

Las semillas de Chía (Salvia Hispánica) han entrado con fuerza en el mercado de nuestro país y rápidamente han empezado a formar parte del grupo de alimentos considerados saludables. Todos lo recomiendan y muchos hablan de sus grandes propiedades muy beneficiosas para la salud.

Considerada como alimento de los dioses, fue prohibida por los misioneros en América pero nunca dejó de usarse. Tradicionalmente se ha tomado como harina en México, el pinole, dónde se usa para elaborar dulces. También se toma en forma de semillas ya sea entera o molida, directamente en ensaladas, yogures, cereales, guisos, en forma de aceite, como bebida refrescante enriqueciendo con las semillas limonadas y naranjadas.

Es complemento proteico vegetal en dietas para el deporte. Su riqueza en ácido Alfa-linolénico, sustrato de DHA y EPA lo convierte en fuente vegetal de omega 3, es rico en calcio, magnesio, hierro, vitamina A y vitamina B1 entre otros, pero esta riqueza es de fácil oxidación en contacto con el aire, por lo que su manera de preparación debe ser muy precisa para aprovechar al máximo el contenido nutricional.

Preparación de la chia

La reina de las preparaciones es la gelatina de chía, dónde además podemos aprovechar los aminoácidos que contiene. Al mezclarla con agua la semilla se reblandece y se abre soltando los nutrientes adquiriendo una consistencia gelatinosa. De esta manera podemos aprovechar todo su contenido, proteínas, aceites, minerales, oligoelementos y vitaminas.

No podemos dejar las semillas rotas o abiertas en contacto con el aire demasiadas horas puesto que perderían sus propiedades antioxidantes y el valor de sus omega 3. Las dejaremos en remojo durante unas 6 o 8 horas en un recipiente tapado para reblandecer la semilla y extraer el máximo sus componentes que de esta manera se digieren con facilidad. Si lo dejamos de esta manera más tiempo los aceites se enrancian y perdemos las vitaminas del grupo B que son muy volátiles.

Hay otras formas de preparación pero no obtendremos los mismos beneficios. Si la molemos pasa exactamente lo mismo, se enrancia y pierde las vitaminas. Y si las cocemos perdemos toda su capacidad antioxidante y si las tomamos directamente son aporte de fibra, pero no aportan ningún otro nutriente.

Receta para el desayuno

Unas de las mejores maneras de tomarla es por la mañana tras haberlas tenido en remojo durante la noche en una taza con agua, mezclada con una pieza de fruta, batida o mezclada. Se complementa muy bien con los componentes de la fruta y nos ayuda a empezar el día con energía.

Un consejo. Si la mezclas con lino, te ayudará a ir mejor al baño y a mejorar el aporte de aminoácidos. Si la mezclas con sésamo, obtendrás un aporte mayor de calcio.

¿A qué esperas para probarla?

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