Por Oriol Guxens, osteópata D.O.
El anticonceptivo oral, también conocido como pastilla anticonceptiva, la píldora, o la “antibaby”, supuso una revolución cuando apareció por primera vez hace algo más de cincuenta años. Actualmente existen varios métodos anticonceptivos para la mujer que vienen con carga hormonal extra: DIU, parches, anillos vaginales, etc… Es magnífico lo rápido que avanza la ciencia, pero realmente, ¿tomarse un cóctel de hormonas extras casi cada día (dependiendo del método que se use) no supone ningún riesgo para el cuerpo? En ningún caso voy a discutir la toma de anticonceptivos como tratamiento médico de afecciones o patologías como el síndrome del ovario poliquístico o una amenorrea secundaria, pero cuando el único beneficio que se busca es propiamente la anticoncepción, ¿vale la pena utilizar este tipo de métodos?